LA
ESQUINA:
DESDE
TU SILLON
Amigos: “Nuestro conocimiento nos ha
hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado y
sentimos muy poco. Más que máquinas, necesitamos humanidad. Más que
inteligencia, necesitamos amabilidad y cortesía. Sin estas cualidades la vida
será violenta y todo estará perdido”. (De la película, El Gran Dictador, interpretada
por Charles Chaplin). “Es Justicia, no Caridad lo que está deseando el mundo”.
(Anónimo). Hoy quisiera que mis palabras
te hicieran daño. Si, como lo lees; me gustaría, más que escribirlo, dirigirme
a ti dando voces, pellizcar con mi rabia tu sentido del oído. No me interpretes
mal, por éstas ganas excéntricas de embestir con mi saludo, no busco pelea.
Pero esta mañana, necesitaría que mi voz cobrara consistencia, se volviera
sólida y dura y llegara a chocar cual mar embravecido, contra la roca dura de
tu tranquilidad de conciencia, como un fuerte trallazo revestido de espuma
blanca y fría. Hoy, lo presiento, ha
amanecido un buen día para decir a bofetadas; Hay gente, hay gente que nace con
el pie que no es, con el destino torcido para siempre, Están condenados al
oficio de la miseria y su único salario será hasta el día de su muerte, el
hambre. No disponen de un mando a distancia como tú para dejar a un lado las
imágenes horribles y espeluznantes de ojos desorbitados y vientres hinchados,
de seres inocentes, que toda su culpa ha sido, nacer en el sitio equivocado,
simplemente. A ellos, precisamente a
ellos les ha tocado protagonizar la miseria. Hay gente, amigos, hay gente que
sirve de felpudo a los poderosos. Con sus gritos de dolor y de miedo ambientan
las sobremesas musicales de los dictadores. Uando agradecidos, por fin, mueren,
sus huesos torturados alimentan en los fértiles jardines del poder, lindas
fosas comunes. No pueden despertar a un mal sueño terrible, como tú, en su
cómoda cama. Su vida, precisamente toda su vida, consiste en un terrible
pesadilla. Hay gente, amigos, hay gente cuyo despertador, cuya ducha, cuyo
único y suculento desayuno diario son lúgubres misiles. Las metralletas barren
cada día, pulcramente sus calles, mientras la muerte acecha en los mercados
donde compran un pan inocente a un precio fatal. En estas tierras marcadas
nadie puede llevar un lazo azul, y renunciar como tú, a formar parte de la
burda costumbre de la violencia. Los niños, precisamente los niños, se preparan
jugando para ser las dianas predilectas del odio. Todos estos seres humanos, y
más, todas estas personas profundamente heridas, son los Olvidados. Olvidados
del mundo, de ti, de mí, de todos. Apostamos por defender lo auténtico, por
arrimar el hombro a las causas perdidas. Recordemos a los desposeídos, a los que
padecen la vida. A todos los infelices que, sin duda pudiste tu haber sido y
Dios o el destino misteriosamente no quiso. Defiende a los olvidados, como lo
hicieron hasta la muerte y aún más allá, seres humanos tan grandes como Teresa
de Calcuta, Martin L. King. Jesucristo,
etc. Etc. Defiéndelos pero no desde tu sillón. Un saludo amigos, Saude e Terra. Fdo. Eduardo JJ Rubianes Calvo
Muy bueno, realmente bueno.
ResponderEliminarGracias Eduardo.