El camino público cerrado, forma parte dun plan urbanistico que está sin ejectutar. Al parcer el Concello vendio este camino antes de ejecutar el plan.
R. FONTOIRA
Sanxenxo / La Voz 26 de julio de 2012 04:55
El camino de A Barrosa -que une la avenida Circunvalación con la calle Luis Rocafort- es una senda «ancestral». Un camino de carros muy utilizado para moverse entre el poco verde que queda en el centro urbano de Sanxenxo.
Sin embargo, desde hace unos nueve meses, cerca de un centenar de vecinos vienen denunciando el «cierre» de este camino «público» por parte del hotel Carlos I, que compró unos terrenos que atraviesan el trazado, ahora cubierto por plazas de aparcamiento privadas.
Tras varios escritos remitidos al Concello -que «no fueron respondidos»-, la senda sigue cerrada por una valla metálica. Y aquellos que intenten seguir el trazado original, ven impedido el acceso al último tramo, que desemboca en la céntrica Luis Rocafort.
El propietario del hotel, Carlos Troncoso, sostiene que es un terreno de su propiedad «y con derecho a cierre». «Nosotros participamos en un proceso administrativo, el Concello subastó ese suelo, y nosotros nos hicimos con el», indica.
En referencia a la franja ocupado por el párking, Troncoso insiste en que «ya no es un camino». «Esa es la realidad. Y si hubo alguna desviación procedimental está abierta la vía judicial», sugiere.
Los vecinos denunciantes no descartan acudir a los juzgados, pero antes intentan aclarar las cosas comunicándole la situación al Concello de Sanxenxo, de quien esperan «retire cualquier impedimento físico».
«Debe quedar claro que los vecinos y usuarios del camino en ningún caso solicitamos que el tramo vuelva a ser de titularidad pública -recalcan- lo que denunciamos es el cierre ilegal de un camino público».
El malestar se debe a que «existía el compromiso de garantizar el acceso a Luis Rocafort a través de la calle número 13», que bordea una urbanización de reciente construcción. Sin embargo, una de las vallas cierra la entrada, convirtiendo «un camino ancestral en un callejón sin salida», protestan.
La construcción de la urbanización PEI-13 acabará con la senda, pero hasta que se acometa la actuación, «o camiño debe ter liberdade de acceso», rematan.
El Concello deberia entregar copia de la compraventa a los vecinos y estos estudiar declarar nula dicha compraventa, para que el camino volviese a ser público mientras no se desarrolle el SAU 13
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