ENTRE TODOS: GENERACION PERDIDA
Amigos: “No puedes
escoger, como vas a morir ni cuando; solo puedes decidir como vivir ahora”
(Anónimo). “Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido, es la única
venganza y el único perdón” (José L. Borges). El jueves pasado, nos dejó una de
las pocas personas pertenecientes a la Generación Perdida, que aún permanecían entre nosotros, Blanca Bóveda González, de
Villanueva de Arosa, falleció a los 54
años, de edad, que descanse en Paz,
Blanquita. Una persona, que no pasó
nunca desapercibida, mujer muy bella, y
buena gente, que como tantas otras y otros, cayeron en sus veinte años, en un
pozo negro del que nunca prácticamente ninguno llegaron a lograr ver la luz
nuevamente. Sus sueños, sus inquietudes de pubertad, sus ilusiones, sus
proyectos de futuro, sus amores, jóvenes, y sus amistades de barrio, fueron
frenados en seco, a partir del momento que probaron el Jaco, caballo, como se
llamaba entonces a nivel de calle, pero que en realidad, era la heroína. En sus
primeros pasos, la fumaban, pero, pronto descubrieron una forma mucha mas
rápida y efectiva de que esta sustancia fuertemente adictiva, llegase antes a
la sangre y por tanto, a los receptores cerebrales que producen el placer y por
tanto, insaciables, como una multiplicación por si mismos. La vía inyectable en
vena. Lo que obligaba a mantenerlos en ese estado, día tras día, convirtiéndose
a si mismos, en dadores y receptores a la vez. Una locura, de la que nunca
salieron, una trampa mortal en la que cayeron
sin saberlo, sin medida ni conciencia, una vez se probaba, de manera
automática, salta un chip, que te pide más y más. Con ello, llego aparejado, la
infección, y los contagios de todo tipo de virus y demás gérmenes. La
hepatitis, el V.I.H. el más mortal, y que aún 35 años después lo sigue
siendo, a pesar de los avances
farmacéuticos, y de higiene, las medidas preventivas de toda índole, la
concienciación, etc. En cuanto hay un pequeño relajo social, ZAS, resurge de
nuevo, A principios de los años 80, el contrabando de tabaco rubio en la comarca
del Salnés, y Pontevedra, así como las
Rías Altas, fue un aviso a
navegantes, de lo oscuro, del maligno, y claro, pocos años después toda una Generación de jóvenes, que
ignorantes, de lo que iban a sufrir, tanto ellos como sus familias, apechugaron con lo que ni el estamento médico, ni los políticos de turno, ni los
medios sociales ni policiales, ni jurídicos, o sea nadie, suponía el gran
holocausto que se estaba viniendo encima. La adicción a las drogas, fue
considerada una enfermedad, años después, mientras tanto, no eran enfermos, ni
siquiera personas, eran despojos sociales, que había que apartar, lo más lejos
posible de una sociedad hipócrita, y engreída, la policía, no sabía, los
jueces, menos, los políticos, miraban para otro lado, los vecinos, y
comerciantes, los despreciaban, y
apaleaban, sin fuera preciso, como a perros rabiosos. Mientras tanto a los
traficantes de verdad, les abrían las puertas de sus negocios, y les pasaban la
mano por la espalda. En esos años, un servidor, estuvo al lado del débil, de
los enfermos, de los desamparados, intentando concienciar a una sociedad
dormida que no entendía nada, pero que aún hacia menos. Todo esto lo contare en
próximos días. Conocí a Blanquita, claro que si, D.E,P. como dije antes era muy buena gente, y un
estandarte de esa Generación que se perdió, no por propia culpa, sino por una
sociedad que no supo ver, ni oír, ni hacer, tan
solo negar y rechazar, seguiremos con esto. Un saludo amigos. Saude e
Terra. Fdo.Eduardo JJ Rubianes Calvo
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