LA
ESQUINA: GRACIAS,
MADIBA
Amigos: “Los verdaderos líderes
deben estar dispuestos a sacrificarlo todo, por la libertad de su pueblo”.
(Nelson Mandela). En la noche que me envuelve, negra como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere, por mi alma inconquistable. Más allá de este
lugar de ira y llantos, acecha la oscuridad con su horror, no obstante, la
amenaza de los años, me halla, y me hallara, sin temor. (Extracto de cuartetas
INVICTUS de William Ernest Henley). El número, 46664, perteneció a un ser
humano con mayúsculas, que nos acaba de
dejar a los 95 años, será siempre mi amigo, tu amigo, el amigo de todos. Ese número era una forma
de hacerlo invisible, por el régimen racista sudafricano. Durante casi tres
décadas de cárcel, la personalidad de Nelson Mandela (Madiba), fue capaz de
convertir una simple cifra en un símbolo de los derechos humanos.
Personalmente, me satisface y enorgullece, haber compartido, toda una época, al mismo tiempo que la vivió
él, una época que será recordada por los siglos de los siglos, por ser en la
que se conquistó la igualdad de todos los seres humanos, sin distinción de
color, raza o religión en Sudafrica. Que se extendió por el resto del mundo
como un reguero de pólvora, Por su
lucha, sus padecimientos, y sobre todo por la voluntad indomable que puso
creyendo hasta el final en lo que hacía, lo convirtió en el auténtico líder por
los derechos humanos, por la igualdad y por la libertad, de todos los seres
humanos. Junto con Martin Luther King y Gandhi. Tres símbolos en uno solo, tres
símbolos, que no tendrán parangón, creo que nunca más, en la historia de la
tierra. Tres símbolos, de lo que un solo hombre puede llegar a conseguir, con
esa fe, tenacidad y voluntad, que sólo está reservada para que nazcan,
cumplan su cometido, y nos dejen, porque son mortales, como vosotros, como yo, pero con una diferencia, fueron los
elegidos, entre millones y millones y el pasado jueves, nos dejó el último, se
marchó satisfecho, su misión quedó hartamente cumplida, y nos dejó huérfanos a
todos. Ya no queda ninguno como él, ni llegará, el mundo de hoy, querido amigo
Nelson, es tan diferente. Nos dejas tu
legado, nos dejas tu vida harta de sinsabores, derrotas, sufrimientos y al fin
tu victoria, un ejemplo. Un camino a seguir, una fantasía que tú convertiste en
realidad. En donde estés, tendrás tu sitio preferente, tanto como en los
corazones de todos los seres que creen y luchan por la libertad. Gracias por tu
vida querido Madiba. Ya no importa cuán recto haya sido el camino, ni cuantos
castigos lleve a la espalda: Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi
alma. “La muerte es algo inevitable, cuando un hombre ha hecho lo que él
considera como su deber para con su pueblo y su país. Puede descansar en paz.
Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la
eternidad”. Descansa en paz. Un saludo amigos. Saude e Terra
Fdo. Eduardo Rubianes calvo
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