LA
ESQUINA: CARTAS MARCADAS (I)
Amigos: “Los Corderos van al
matadero. No se dicen nada ni esperan nada. Pero al menos no votan por el
matarife que los sacrificará, ni por el burgués que se los comerá. (Octave
Mirbeau).” “Antiguamente, los carteles en las calles con rostros de forajidos,
ofrecían recompensas; hoy en día, piden votos. (Anónimo).”
MAFIA: Según el diccionario de la Real Academia,
dícese de: “Organización que emplea métodos alegales e ilegales, o poco claros
en sus negocios y actividades, mediante una serie, de presiones a distinto
nivel o grado de violencia para conseguir sus fines”. Hay algunas más, pero me quedo con ésta. En
un mundo globalizado, en donde el que egoístamente quiere estar en puestos de
salida, tanto económicamente, como política o socialmente. O perteneces a una
de éstas, o estas fuera, llevas las cartas marcadas y pierdes. Hay mafias
policiales, judiciales, políticas, empresariales, sociales, farmacéuticas,
carburantes, de armas, hospitalarias, Bancarias, Comunicación, y no entro en las del crimen organizado y
drogas, trata de mujeres, niños, etc.
Pero la madre de todas ellas son
las económicas. Estas son las peores porque engloban a todas las demás. Los
diferentes niveles de peligrosidad de cada una, se cuantifica según el número
de bajas causadas a su hipotético
enemigo. Lo más cachondo de todo esto,
es que desayunamos y convivimos con unos
y otros y no nos damos cuenta, y lo que es peor, aun les reímos las gracias.
Aún recuerdo, allá, por los 90, como en la Ría de Arousa, en toda la comarca de Salnés y aledaños, los
traficantes y contrabandistas eran los dueños y señores de la vida política,
económica y social de toda la urbe. Las Mafias eran las que organizaban a la
sociedad sin ella saberlo, y les reían las gracias y aceptaban sus
limosnas e invitaciones. Unos cuantos,
que no comulgábamos con este órdago siniestro y sabíamos sus negativos
resultados a corto plazo, que no
aceptábamos componendas y decíamos las cosas tal cual eran, hacíamos el papel de malos en esta película
de terror, a aquellos malos, muy pocos, el tiempo nos dio la razón, y ganamos
una guerra, algunos quedaron en el camino. Pero hasta que no quede ninguno.
Seguiremos luchando para obtener la victoria final. Y el tiempo cuando sea,
también nos dará la razón, aunque ya no estemos. Seguro. Seguiré con esto.
Dedicado a Leopoldo González, del Hotel Cervantes, de Sanxenxo, por ser lector
asiduo de esta sección y Diario de Arousa. Gracias buen amigo. Un saludo a todos. Saude e Terra. Fdo. Eduardo Rubianes Calvo.-
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